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Pirámide nutricional clásica vs Pirámide SENC  

¿Qué es la pirámide nutricional clásica?  Es una manera visual y sencilla de transmitir cuáles son  los pilares sobre los que se debería sustentar una dieta sana y equilibrada, a través de una representación gráfica de las principales categorías de alimentos que conforman nuestra dieta.

La base de la pirámide o zona más ancha, representa aquellos alimentos que más contribuyen a aportar energía a nuestro organismo y que, por tanto, necesitan ser consumidos con más frecuencia, y ahí estarían los carbohidratos (ej. pan, pasta, patata, arroz, azúcar). Justo encima nos encontramos con las legumbres, verduras y frutas como aporte de vitaminas, minerales y fibra y en el tercer nivel, estarían las proteínas (ej. carne roja, pollo, pescado, huevos, lácteos). A medida que subimos de nivel, el estrechamiento de la pirámide nos indica que son alimentos cuyo consumo ha de ser más limitado, y es ahí donde nos encontramos con las grasas (ej. aceites, mantequilla, tocino etc.) ya en la punta de la pirámide. (Figura1)

Nota: existe una pirámide vegetariana, donde se prescinde de la proteína animal.

Figura 1. Pirámide alimentaria clásica

La recomendación general es que, de las calorías ingeridas diariamente, un 55% provengan de los hidratos de carbono, un 15% de las proteínas y un 30% de las grasas.

 

Figura 2: Pirámide SENC (2015).

En el año 2015, la SENC (Sociedad Española de Nutrición Comunitaria) presentó una nueva versión de la pirámide alimentaria, según se puede ver en la Figura 2.

En esencia, la pirámide nutricional SENC mantiene los principios de la pirámide clásica, pero en su base, añade un nuevo nivel en el cual se introducen consejos relacionados con el estilo de vida, según se detalla a continuación:

  • actividad física: caminar una hora diaria.
  • equilibrio emocional: situaciones estresantes o que afecten al ánimo pueden afectar los hábitos alimenticios (ej. comer compulsivamente), siendo por tanto un elemento a controlar. El cuidado de esa parte de nosotros que ‘no se puede ver’, es de vital importancia para nuestro bienestar.
  • balance energético: el consumo energético tiene que ser parejo al nivel de actividad de cada individuo. Unos hábitos sedentarios deberán ir asociados a una ingesta calórica menor que unos de una persona con mayor actividad física.
  • técnicas culinarias saludables: la forma como cocinemos los alimentos afecta directamente a nuestra salud (ej. alimentos fritos vs alimentos a la plancha o al vapor; materiales de los útiles de cocina; materiales de los recipientes de conservación de alimentos etc.).
  • beber agua: ingesta promedio diaria de agua de 2 litros (mujeres) a 2,5 litros (hombres), además de otros líquidos.

 

Y en la punta de la pirámide añade una bandera con una recomendación muy interesante y novedosa:

  • suplementos nutricionales: de manera opcional, se recomienda la toma de suplementos nutricionales (o complementos alimenticios, que es lo mismo).

Este aspecto es novedoso y relevante ya que, aunque lo ideal sería que nuestra dieta aportase en su justa medida todos los nutrientes adecuados para una salud óptima, esto no siempre es así.

Por ejemplo, una persona que no consume al menos 3 raciones semanales de pescado azul (ej. sardinas, anchoas, atún, salmón etc.), necesariamente va a presentar un déficit de omega-3 (DHA y EPA) y por tanto, sólo a través de la toma de un complemento alimenticio podrá aportar estos importantes nutrientes a su organismo. Lo mismo se podría decir de una persona que apenas consume lácteos y verduras, ya que podrá tener carencia de calcio en su dieta y por tanto deberá aportar este importante mineral a través de un complemento alimenticio.

La pirámide de la SENC refleja de una manera realista y precisa,

como deberían ser nuestros hábitos de vida en el día a día.

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    Si tienes alguna duda o consulta, la Dra. Mercedes Aguirre intentará contestarla lo antes posible.