DHA y salud cardiovascular – NuaDHA

Salud cardiovascular

DHA en la salud cardiovascular

Durante los últimos 30 años son numerosos los estudios que se han realizado sobre los beneficios de los omega-3 en la salud cardiovascular. Ya en 1944, Sinclair describió lo raro que era la ocurrencia de enfermedades cardiovasculares entre los esquimales de Groenlandia, cuya dieta era rica en focas, ballenas y pescado. Por otro lado, hace más de 30 años, Bang y Dyberg observaron que, a pesar de tomar una dieta baja en frutas, verduras y carbohidratos complejos y alta en grasas saturadas y colesterol, los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre de los esquimales eran menores que en adultos de edad similar de la vecina Dinamarca, siendo el riesgo de padecer un infarto de miocardio también inferior. Estas observaciones derivaron en especulaciones sobre el papel protector de los omega-3 dentro de lo que se vino a conocer como el Factor Esquimal.

Desde entonces, son numerosos los estudios que se han realizado y que avalan la importancia de los omega-3 como soporte para la salud cardiovascular (ej. estudios DART, GISSI, JELIS,…). En este sentido tanto el EPA como el DHA favorecen la salud cardiovascular, aunque cada ácido graso lo hace siguiendo mecanismos de acción distintos. De hecho, una de las recomendaciones de la Sociedad Americana del Corazón o AHA (American Heart Association), es tomar 1 g/día de omega-3.

El DHA, al igual que el EPA, contribuye a reducir los triglicéridos sanguíneos, un tipo de grasa cuyo exceso supone un riesgo para la salud cardiovascular. Asimismo, diversos estudios han mostrado que el DHA tiene un efecto moderadamente hipotensor y antiarrítmico.

Popularmente, hay una creencia muy extendida de que los omega-3 reducen los niveles de colesterol. Sin embargo, ciñéndose a la literatura científica disponible, esto no es exactamente verdad. El DHA (y en general los omega-3), aunque reduce los niveles sanguíneos de colesterol total, no lo hace de manera significativa. Lo que sí hace el DHA es aumentar el colesterol ‘bueno’ o HDL. Asimismo, el DHA hace que las partículas de colesterol ‘malo’ o LDL aumenten de tamaño, lo cual se traduce en que sean menos aterogénicas, esto es, no se peguen tan fácilmente a las paredes de los vasos sanguíneos (y con ello los ‘bloqueen’). Por tanto, esta segunda propiedad, es también interesante para nuestra salud cardiovascular.