Nua DHA Propiedades: Aplicaciones

Aplicaciones Nua DHA

Embarazo y lactancia

DHA en embarazo y lactancia De entre los dos ácidos grasos omega-3 (DHA y EPA), el DHA es sin duda quien juega un papel más relevante durante el embarazo así como durante los primeros años de vida (especialmente el primero). Un 14% de los ácidos grasos cerebrales son omega-3 (principalmente DHA) y un 17% son omega-6 (principalmente ácido araquidónico), y ambos se acumulan ávidamente durante la gestación y el primer año de vida. Las demandas de DHA suben exponencialmente en el último trimestre de embarazo, coincidiendo con el desarrollo de las redes neuronales (‘cableado eléctrico del cerebro’) así como con el afianzamiento de la retina. Esto es así porque, en la materia gris del cerebro, cerca de un 30% de sus ácidos grasos son DHA y en la zona central de la retina o mácula, el contenido en DHA es superior al 50%. Por tanto, el DHA es un ladrillo básico necesario para un correcto desarrollo del sistema nervioso y visual de un individuo. Asimismo, cabe apuntar, que los niños prematuros, los niños de partos gemelares, los hijos de madres vegetarianas, y en ocasiones los niños adoptados y en general, en casos donde ha habido una alimentación subóptima, corren el riesgo de tener deficiencias DHA. En principio, esta deficiencia no es apreciable a simple vista, ya que los niños son totalmente normales y alegres. Es sin embargo en los años escolares (aprox. 6 años), cuando pueden empezar a aparecen problemas de aprendizaje y comportamiento que quizás, hasta entonces, pasaron desapercibidos (ej. falta de atención, hiperactividad, falta de concentración, psicomotricidad alterada, dislexia etc.). Distintos estudios apuntan a que, una falta de DHA durante el embarazo y vida infantil temprana, es un factor contribuyente a futuras alteraciones cognitivas y de comportamiento. Algunos de los beneficios del DHA en embarazadas y niños pequeños destacados por algunos autores son:

 

  • contribuye a un neurodesarrollo y psicomotricidad mejorada.
  • mejora la agudeza visual del bebé así como su desarrollo intelectual.
  • menor número de partos prematuros y mayor peso fetal.

Los programas PeriLip y EARNEST de la Unión Europea recomiendan un consumo mínimo diario de DHA en el embarazo y lactancia de 200 mg, habiéndose constatado que ingestas de hasta 1000 mg DHA/día son seguras. Una dosis adecuada para una embarazada o mujer en periodo de lactancia es de aprox. 500 mg DHA/día.

NOTA IMPORTANTE: basado en lo anterior, la toma de 3 perlas de NuaDHA 1000 por semana (con comida), podría cubrir cómodamente las necesidades mínimas de DHA para embarazadas. Sin embargo, teniendo en cuenta que en el último trimestre de embarazo las demandas de DHA aumentan exponencialmente, durante este periodo es posible tomar hasta 1 perlas de NuaDHA 1000/día. Actualmente, hay una cierta preocupación en relación a la seguridad de la toma de pescado y de suplementos de omega-3 en embarazadas, debido a la posible presencia de metales pesados u otros contaminantes. NuaDHA 1000 ofrece las máximas garantías habida cuenta de su alta pureza y práctica ausencia de contaminantes, a través del sello de máxima calidad IFOs 5 estrellas. IFOS garantiza no sólo la cantidad de principio activo contenido por perla, sino también la práctica ausencia de contaminantes tales como metales pesados, PCBs y dioxinas.

Depresión Post Parto

DHA depresión post parto El DHA, no sólo es esencial para el feto en desarrollo, sino que ha mostrado ser un nutriente clave para la propia madre. La fuerte demanda de DHA por parte del embrión en desarrollo unido a un consumo insuficiente a través de la dieta, hace que en muchos casos, los niveles de DHA en la madre sean subóptimos. La ingesta de pescado graso rico en DHA no siempre es la adecuada (aparte de posibles pérdidas debido al cocinado), lo cual, sumado a las reticencias relativas al consumo de pescado por parte de embarazadas por miedo a la posible presencia de contaminaciones (ej. metales pesados, dioxinas etc.), hace que con frecuencia, el aporte nutricional del DHA que recibe la futura madre resulte insuficiente. La depresión post parto es un problema que afecta a aprox. 10-20% de las mujeres embarazadas. Aunque su origen parece complejo (ej. medioambiental, genético, hormonal etc.), cada vez hay más evidencias que apuntan hacia una relación directa entre una baja ingesta de omega-3 (especialmente del DHA) y el riesgo de padecer depresión post-parto, así como de que el recién nacido tenga futuros desórdenes del comportamiento y/o aprendizaje. En diversos estudios, se ha observado que en mujeres con depresión post-parto hay niveles disminuidos de omega-3 y más específicamente de DHA. Dada la alta demanda de DHA que tiene lugar durante el embarazo, se ha observado que muchas mujeres que sufren depresión postparto presentan niveles disminuidos de DHA en sangre, incluso pasados 6 meses del alumbramiento. Por ello, hay estudios que apuntan a que un aporte adecuado de DHA durante el embarazo está asociado a una menor incidencia de la depresión post-parto. Como ventaja añadida, algunos autores sugieren una mayor protección frente a aumentos de la presión sanguínea.

 

Problemas de concentración y aprendizaje

 

DHA problemas de concentración y aprendizaje Según diversos estudios, los niños con problemas de aprendizaje como son el Déficit de Atención con o sin hiperactividad (TDA/TDAH), autistas, disléxicos etc. tienen unos niveles sanguíneos de omega-3 menores que los de niños de la misma edad sin dichos problemas. Se desconoce la causa subyacente pero parece que una suplementación con omega-3 puede ayudarles. En este sentido, de entre los principales ácidos grasos omega-3 (DHA y EPA), el DHA parece ser quien juega un papel más relevante (ej. dosis: 0,5-2 g DHA/día). La suplementación regular con DHA en niños, adolescentes o adultos con problemas de concentración y aprendizaje, es una herramienta que ayuda a mejorar dichas condiciones.

 

Salud visual

DHA en la salud visual El DHA es esencial para el buen funcionamiento de las células visuales (fotorreceptores), siendo un nutriente clave para la salud visual. La retina viene a ser la ‘pantalla’ en la que se reflejan las imágenes de los que vemos. En su zona más central está la mácula, que es uno de los tejidos corporales que más DHA concentra (más de un 50%!) y que es el responsable de que veamos los objetos nítidamente. De ahí la importancia del DHA como soporte clave para la salud de la retina. De hecho, diversos estudios han constatado el importante apoyo que el DHA ofrece en casos de alteraciones de retina (ej. degeneración macular, retinitis pigmentosa etc.) Por otro lado, una buena lubricación del ojo es clave para mantener una superficie del ojo saludable. La capa más superficial de la película lacrimal está formada por una fina capa grasa segregada por unas pequeñas glándulas sebáceas situadas en los párpados, que previenen la evaporación de la capa de agua situada justo debajo y con ello la ocurrencia de problemas en la superficie ocular (ej. ojo seco, úlceras corneales etc.). Distintos estudios han demostrado la importancia del DHA para mantener una calidad óptima de la película lipídica que baña el ojo. Asimismo, diversos estudios han constatado que el DHA promueve la regeneración de los nervios corneales. Este hecho es importante de cara a una recuperación óptima de úlceras corneales (‘blanco del ojo’). En laboratorios Nua Biological hemos creado NuaDHA VISIÓN un producto especifico para apoyar la salud visual, compuesto de dos componentes: el Componente A, (una perla de DHA) y el Componente B, (una potente mezcla de minerales y vitaminas).

 

Salud del sistema nervioso

DHA en la salud del sistema nervioso El potencial de los omega-3 a nivel del sistema nervioso está despertando cada vez mayor interés. Diversos estudios paleontológicos con fósiles de ancestros del hombre actual en África, han mostrado que los cráneos encontrados en habitantes de la sabana (donde el alimento era fundamentalmente a base de carne y hierbas), son de menor tamaño que los encontrados en zonas costeras o lacustres (donde el pescado formaba parte de su dieta). Estas observaciones han derivado en teorías que postulan que, la introducción de omega-3 en la dieta y en especial del DHA, supuso el punto de inflexión en la evolución del hombre hacia un ser racional e inteligente. Un 50-60% del peso cerebral son lípidos (grasas) de los cuales un 35-40% son DHA, sin que apenas haya EPA (< 1% ). Por tanto, estructuralmente hablando, el DHA es sin duda el que mayor protagonismo tiene a nivel cerebral. El DHA es una materia prima esencial para la formación de las redes neuronales (‘cableado eléctrico del cerebro’) y su toma aumenta la velocidad a la cual se transmite el impulso nervioso, de ahí que se asocie con una mejora en la concentración. Asimismo, el DHA (y en parte el EPA), contribuyen a modular diversos neurotransmisores cerebrales (ej. serotonina, acetilcolina, dopamina), implicados en la modulación del ánimo y otros procesos cerebrales. Por todo ello, los omega-3 (y especialmente el DHA), son considerados como nutrientes de gran interés en muchas alteraciones neurológicas y neuropsiquiátricas.

 

Salud cardiovascular

DHA en la salud cardiovascular Durante los últimos 30 años son numerosos los estudios que se han realizado sobre los beneficios de los omega-3 en la salud cardiovascular. Ya en 1944, Sinclair describió lo raro que era la ocurrencia de enfermedades cardiovasculares entre los esquimales de Groenlandia, cuya dieta era rica en focas, ballenas y pescado. Por otro lado, hace más de 30 años, Bang y Dyberg observaron que, a pesar de tomar una dieta baja en frutas, verduras y carbohidratos complejos y alta en grasas saturadas y colesterol, los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre de los esquimales eran menores que en adultos de edad similar de la vecina Dinamarca, siendo el riesgo de padecer un infarto de miocardio también inferior. Estas observaciones derivaron en especulaciones sobre el papel protector de los omega-3 dentro de lo que se vino a conocer como el Factor Esquimal. Desde entonces, son numerosos los estudios que se han realizado y que avalan la importancia de los omega-3 como soporte para la salud cardiovascular (ej. estudios DART, GISSI, JELIS,…). En este sentido tanto el EPA como el DHA favorecen la salud cardiovascular, aunque cada ácido graso lo hace siguiendo mecanismos de acción distintos. De hecho, una de las recomendaciones de la Sociedad Americana del Corazón o AHA (American Heart Association), es tomar 1 g/día de omega-3. El DHA, al igual que el EPA, contribuye a reducir los triglicéridos sanguíneos, un tipo de grasa cuyo exceso supone un riesgo para la salud cardiovascular. Asimismo, diversos estudios han mostrado que el DHA tiene un efecto moderadamente hipotensor y antiarrítmico. Popularmente, hay una creencia muy extendida de que los omega-3 reducen los niveles de colesterol. Sin embargo, ciñéndose a la literatura científica disponible, esto no es exactamente verdad. El DHA (y en general los omega-3), aunque reduce los niveles sanguíneos de colesterol total, no lo hace de manera significativa. Lo que sí hace el DHA es aumentar el colesterol ‘bueno’ o HDL. Asimismo, el DHA hace que las partículas de colesterol ‘malo’ o LDL aumenten de tamaño, lo cual se traduce en que sean menos aterogénicas, esto es, no se peguen tan fácilmente a las paredes de los vasos sanguíneos (y con ello los ‘bloqueen’). Por tanto, esta segunda propiedad, es también interesante para nuestra salud cardiovascular.